
Para los que ya me conocen, ésta aversión a tan peligroso objeto no es nueva. El deporte de riesgo “remontar cometas” siempre me pareció de lo más azaroso y siniestro. Decir que no hay suficientes estudios al respecto, pero no me sorprendería en lo absoluto que las estadísticas lo mostraran como la principal causa de muerte en el tercer trimestre del año.
De estar algún día al poder de este país, lo primero que haría, incluso antes de volver a poner las terminales de ómnibus en la Plaza Independencia, sería sacar todo barrilete de circulación y terminar de una vez por todas con ese vil vicio primaveral.