¿Vacaciones?

Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor...

Pasamos las vacaciones en un conventillo blanco, de esos que solo tienen una entrada y aparentemente ninguna salida. Estando ahí adentro era difícil darse cuenta lo cerca que estábamos del océano; una cuadra solamente.

Definitivamente no tuvimos suerte con los vecinos. Las mujeres que ocupaban la puerta que daba a nuestra ventanita del baño resultaron ser las personas más bochincheras del mundo, incluso muchísimo más que Cacho y su séquito.

Se corría la bola por el conventillo blanco de que estos seres eran oriundos de Flores. Una vez un amigo se preguntó muy sabiamente: “Hay vida en el departamento de Flores??”.

Si en algún momento tuve alguna duda, estas vacaciones pasadas sirvieron para que pueda despejarlas. No sólo hay vida en Flores sino que los episodios vividos en ese conventillo blanco me demuestra que la gente florense carece totalmente de cordura.

No quiero tener que cruzarme nunca más con ese tipo de uruguayo.

Las chicas llegaban cerca de las 6 de la tarde a su puerta y una de ellas conectaba el audio y subía el volumen hasta niveles inimaginables, poco dignos de un conventillo, y mientras tomaban cerveza de esas que nunca se terminan, bailaban y cantaban al son del único CD que tenían; CD de cumbia villera, claro está. Y me atrevo a decir que es el único que tenían porque efectivamente ese CD fue el que sonó durante horas y horas sin parar en 5 de las 6 noches que estuve ahí.

La sexta noche, cuando no se escuchó el ritmo tan agradable de esa clase de música, las amigas se consiguieron un grupito de ex-convictos, poseedores de hermosos tambores y redoblantes que no se callaron en 5 horas reloj ININTERRUMPIDAS.

Mi indignación era suprema.

Y entonces una de las noches por un minuto creí ver una luz al final del túnel. La señora que vivía en la habitación contigua a la nuestra, persona con la cual compartimos una pared por más de una semana, hecho que nos unió mas allá de lo que pudiésemos imaginar, dejó de repente su espacio para adentrarse en el espacio de las locas de Flores.
Se me dio- pensé - ahora esta vieja les pega 3 gritos y terminamos de una vez por todas con esta locura digna de estudio.

Pero mi mala suerte indudablemente se viene extendiendo por el 2007. Resulta que la señora no iba a putear a nadie, la señora tenía toda la intención de felicitar a las locas de Flores por la buena onda que estaban poniendo!!! Llegó a sacar una cámara de fotos incluso, para fotografiar lo que era digno de su admiración en ese momento. La vi bailar con ellas, me entienden??

Ya no es Flores!!! El país está infectado. Lleeeeno de gente con tiempo libre para molestar. Si creen que eso es buena onda y están haciendo el bien, se equivocan! El único bien que pueden hacer es salvar la poca dignidad que les queda y comportarse como personas pensantes, busquen algo productivo que hacer! Vamos!

Mi estómago no aguantó y en la sexta noche me enfermé y tuve que volverme antes de mis vacaciones. Dicen que fue un virus, yo sé que fueron ellas, las locas de Flores.


Dato curioso: Según el censo de 2004, existen en el departamento de Flores 25.104 habitantes y 8.137 hogares particulares. Entre las actividades industriales pueden citarse el lavado de lana, la fabricación de quesos, el curtido de cueros, fabricación de ladrillos y baldosas. La denominación de Flores es en homenaje al Brigadier Venancio Flores, quien tuviera destacada actuación militar y política en la vida del país en las décadas de 1840, 1850 y 1860 y que era oriundo del mismo.